Danza como expresión artística
A través de la danza como expresión artística, los seres humanos aprenden a relacionarse de una manera diferente con el mundo que los rodea, acostumbrándose a expresar todo lo que hay dentro, es decir en su intimidad
A través de la creación de nuestra propia expresión corporal podemos adentrarnos en el mundo de las emociones y los sentimientos. Y es que yo, no en vano he podido ser testigo de cómo mi cuerpo se integra, de manera física y emocional, cuando ejerce un libre y auténtico movimiento.
Al movernos libremente nos conocemos mejor; visualizamos la percepción que tenemos de nosotros mismos; exteriorizamos emociones positivas (y otras no tan positivas), es decir, lo que llaman “el despertar del cuerpo”.
Hacer nuestra una técnica que además de liberarnos de toda tensión muscular nos permita enamorarnos de la vida, rechazar posturas inapropiadas, mejorando sustancialmente nuestra apariencia. Cuando nos movemos, sencillamente aprendemos a regular nuestra respiración, lo que nos lleva a un estado de reconexión, de reconocimiento y de reconciliación con nosotros mismos. Y es allí, donde… ¡dichosos!... comenzamos a valorar nuestro cuerpo, auténtico e imprescindible ”vehículo de comunicación”.
Porque al cuerpo no podemos dejarlo en el olvido porque por lo general termina en problemas psíquicos, físicos, sensoriales. El movimiento corporal cuando es libre y alegre, nos ayuda a despertar el cuerpo, a liberarnos de los bloqueos, miedos, angustias o rabias. Con el cuerpo en movimiento podemos expresar muchas cosas que a veces no logramos decir con palabras.
Repito: no hay que ser “bailarines” para pertenecer a esta “cofradía” de bailadores profesionales. Se trata, de lanzarse al “vacío”, de sentir el vértigo, de afianzar la seguridad en uno mismo. Que el ejercicio sea verdaderamente sanador; con los ojos cerrados empiezas a crear y mucho de lo que produces depende de tu estado de ánimo… sobretodo si es difícil de reconocer, porque tu cuerpo nunca miente. Tampoco es fácil expresar abiertamente lo que esta pasando dentro de nosotros porque nuestro interior es un espacio donde no hay coreografías, ni pasos complicados, ni tiempos, ni pautas, ni reglas. Se trata de dejarse llevar por la fuerza de la música y el ritmo libre que escoja el cuerpo.
En otras palabras, es lograr desconectar la mente del cuerpo para reconectarla con el corazón. Lograr un ambiente de buen humor, complicidad, confianza y armonía. Este binomio movimiento - sanación es un buen recurso para personas que quieran encontrar nuevas formas de comunicación, para personas con conflictos emocionales, con bloqueos corporales, con dificultad de movimiento, con posturas adoptadas desde la infancia.
Igualmente para personas que distorsionan su apariencia física, ésta terapia les da mucha seguridad siendo un gran apoyo si queremos desarrollar relación de confianza con nosotros mismos y nuestro entorno. Nuestro cuerpo es un lenguaje íntimo que nos permite ver, sentir y que no necesita muchas palabras, solo movimiento.